El 5 de diciembre se celebró el Día Mundial de los Suelos, siendo un componente crítico del sistema natural y resaltando su contribución vital al bienestar de la humanidad; sin embargo, según la FAO (Food and Agriculture Organization), a nivel global, un tercio de estos suelos se encuentran degradados debido a la erosión, agotamiento de nutrientes y acidificación. Dicha cifra es preocupante, ya que el 95% de alimentos que se consumen provienen directa o indirectamente de estos suelos.
Para algunos expertos, la degeneración o sobreexplotación del suelo pone en riesgo la viabilidad de las actividades agrícolas, forestales y la seguridad alimentaria, ya que no tendrá la misma calidad de producción que un suelo sano y mejor cuidado. En Perú, más del 55% de agricultores no hacen uso de ningún tipo de fertilizantes por razones como desconocimiento, accesibilidad o tradición. Este hecho tiene un efecto negativo en la productividad y sostenibilidad del suelo, ya que la renovación de nutrientes que son absorbidos por las plantas durante la producción agrícola es nula o limitada.
Piero Rouillon, agrónomo, cuenta que las plantas absorben los nutrientes que están disponibles en el suelo para poder alimentarse y crecer. “Si al suelo no se le devuelve los nutrientes que está agotando, su productividad será cada vez menor. Por lo tanto, el no aplicar fertilizantes es una práctica perjudicial para la sostenibilidad del suelo y el medioambiente, porque cuando pierde productividad ya no es útil para el agricultor, entonces va la selva o al bosque y tala una hectárea más para explotar los recursos disponibles en el suelo”, explica.
Además, la FAO sostiene que si se tiene un suelo sano y sostenible es posible producir hasta un 58% más de alimentos. Ahí nace la importancia de que en los cultivos se utilicen fertilizantes que no solo se encargan de nutrir adecuadamente los suelos, sino que también reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero que genera el uso de fertilizantes convencionales en la agricultura, como la urea, sulfato de amonio y cloruro de potasio.
Nuestro departamento agronómico estudia, junto con investigadores, técnicos y agricultores, la adaptación de los conocimientos existentes sobre los requerimientos nutritivos de cada cultivo, producto de la investigación y de la experiencia, a las condiciones específicas de cada campo. La empresa cuenta con un departamento agronómico formado por personal especializado en nutrición vegetal y técnicas de aplicación de fertilizantes líquidos, que pueden ayudar a resolver los problemas que se presentan en los distintos cultivos y su contribución con el medio ambiente.
Fuente: Revista Red Agrícola – Diciembre 2019